Considerado como la meca de la alta montaña en España, el Pirineo aragonés, se ha convertido en el turismo pirenaico en España por excelencia.
De hecho, es uno de los grandes orgullos de Aragón y no es de extrañar, ya que todo el mundo que lo visita vuelve a repetir.
El Pirineo aragonés cuenta con espacios protegidos, parques naturales, glaciares y preciosos pueblos y sus ríos salvajes que lo vuelven un lugar por demás atractivo.
En este artículo te contaremos todo lo que debes saber si quieres visitar próximamente el Pirineo aragonés. ¿Vienes a descubrirlo?
Si además de ser un apasionado de la naturaleza te encanta el frío y eres de los que cada verano se enamoran de su ventilador, debes saber que en el Parque Natural de Posets-Maladeta, en sus picos más altos, hay nieve todo el año. Motivo número uno por el que debes visitar el Pirineo aragonés.
Prueba la verdadera longaniza del pueblo de Graus. Está tan deliciosa que incluso cuenta con su propio día: "el día de la longaniza", que ha conseguido convertirse en Fiesta de Interés Turístico Regional. Y si este precioso pueblo destaca por este riquísimo ingrediente, Aínsa sobresale por su encanto. Su encanto medieval y su ubicación en la unión de dos ríos, te hará retroceder mil años atrás.
Volviendo a la gastronomía, prueba la auténtica ternera de Oto procedente del Valle de Broto. Sabe a naturaleza, tradición y campo. Y si tienes demasiado frío, entra en calor con la olla tradicional de Benasque o recau, que es como allí se conoce. Judías verdes, patatas, garbanzos, longaniza, cordero y col son algunos de los ingredientes de este consistente plato.
Otro de los atractivos del Pirineo aragonés son sus joyas medievales. Una de ellas es el Monasterio de San Juan de la Peña, cuna del reino de Aragón. Más de uno se ha perdido en su interior en búsqueda del Santo Grial. ¿Lo encontraría? Si eres un amante de las vistas panorámicas, en el Pirineo aragonés vas a disfrutar como si fueras un niño. Sube cuestas y llega a lo más alto de algunos de los miradores más espectaculares que vas a ver jamás y te quedarás sin respiración. En la sierra de Itxia o en Cerler tienes un claro ejemplo.
Si te gustan los deportes acuáticos, gracias a las aguas procedentes de los Pirineos que bajan con fuerza y van creando barrancos y cañones espectaculares, podrás practicar descenso, piragüismo o la actividad que desees. Si prefieres algo más tranquilo, puedes optar por sentarte relajadamente y ponerte a pescar.
Por supuesto, no podían faltar las magníficas estaciones de invierno perfectas para la práctica de deportes de nieve como el snowboard o el esquí. Astún, Cerler, Candanchú, Panticosa y Formigal tienen la nieve ideal en invierno. Pero es que en verano son perfectas para pasear o para montar en bicicleta.
En 1918, Ordesa y Monte Perdido fue declarado Parque Nacional y más tarde, en 1997, Patrimonio Mundial de la Humanidad. Situado en el Pirineo oscense, en concreto en la comarca de Sobrarbe, alberga una de las cascadas más grandes de Europa. Sin ninguna duda, uno de los lugares que hay que ver como mínimo una vez en la vida.
También en la provincia de Huesca y abarcando una gran parte del prepirineo aragonés se encuentra el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, caracterizado principalmente por sus abundantes simas, grutas, cañones y relieve kárstico. Este parque es el destino adecuado para disfrutar de rutas en bici, hacer escalada, senderismo o barranquismo o cualquier otro tipo de deporte de aventura que te puedas imaginar.
La Jacetania es otro de los lugares que tienes que visitar sí o sí. Con capital en Jaca tiene un más que interesante patrimonio artístico e histórico como su catedral, la Ciudadela o las Fozes de Fago y Biniés. Además la oferta deportiva es enorme en esta comarca y se puede practicar esquí en las estaciones de Candanchú o Astún, así como escalada.
Viu es un precioso pueblo de alta montaña que, pese a tener un tamaño reducido, se ha convertido en un destino idílico. Su situación privilegiada y perteneciente a la comarca de Sobrarbe, además de estar rodeado de una naturaleza que te dejará sin respiración, tiene un espectacular patrimonio monumental. Destaca la iglesia de San Miguel de Linás, cuya torre fortificada es usada hoy en día como campanario.
El valle de Gistaín, Bal de Chistay en aragonés, es un precioso valle que estuvo prácticamente aislado hasta mediados del siglo XX. De ahí que conserve sus tradiciones con una pureza mayor que en otras zonas. De hecho, su lengua materna es todavía el "chistabino". Su tradicional arquitectura, su artesanía popular, los trajes y bailes populares, la falleta de San Juan y sus carnavales te conseguirán retroceder varios cientos de años. Por si todo esto fuera poco, es el lugar perfecto para practicar kayak en aguas bravas, escalada, parapente, descenso de barrancos o esquí de travesía.
En el valle de Tena se encuentra el pueblo de Lanuza, un lugar donde respirarás cultura, historia, naturaleza y deporte. Sus casonas de piedra, sus puentes medievales, sus escudos y sus tejados de pizarra tan empinados son algunas de sus principales características. Pero si hay algo que llama la atención de este pueblo es su historia. Y es que en el año 1978 sus habitantes tuvieron que abandonar sus hogares debido a la construcción de un embalse. El pueblo original se encuentra bajo sus aguas y hoy en día las piraguas navegan sobre sus techos ya sumergidos.
Y si te gusta practicar deporte en la nieve, acércate hasta la estación de esquí más antigua de toda España: Candanchú. Inaugurada en 1928 y situada en el término municipal aragonés de Aísa, en la actualidad ofrece unas modernas instalaciones perfectas para pasar un día en familia o con los amigos.
En definitiva, el turismo pirenaico en España es una de las mejores alternativas que existen, especialmente si te gusta la naturaleza en estado puro. Además de proveer información sobre los procedimientos administrativos que se llevan a cabo en España, te mostramos todos los atractivos del Pirineo aragonés para que puedas decidir si es tu destino soñado. ¡Seguro que sí!