Si pierdes a un ser querido lejos de casa, tal vez te preguntes cómo trasladar sus restos.
El aumento de los viajes en los últimos años ha provocado que este servicio sea cada vez más solicitado por numerosas personas. Y es que repatriar un cuerpo es algo que genera dudas a los afectados.
Repatriar significa trasladar el cuerpo desde un país a otro, por lo general a su lugar de origen o a aquel emplazamiento en el que le gustaría haber sido enterrado.
La respuesta a esta pregunta es que sí, aunque existen ciertos trámites que debes conocer. Al igual que ocurre en otros países de la Unión Europea, en España, la repatriación de un cuerpo a un país diferente puede durar varios días.
En algunos casos, también se considera una repatriación el traslado de una persona que ha enfermado de gravedad. La diferencia es que, en la mayoría de estos casos, suele tratarse a dicho paciente en un hospital del propio país, salvo que el sistema sanitario sea muy débil. Esto es debido a que el coste de alquilar un avión sanitario es muy elevado y son pocos los seguros que lo cubren.
En el caso de un fallecido, existen diferentes procedimientos administrativos que debes hacer. Es un proceso complejo por las ataduras legales, ya que, en muchos casos, necesitarás que se practique la autopsia al cadáver antes de que las autoridades permitan el traslado del cuerpo. Para ello, las empresas de seguros cuentan con personal que se encarga de hacer que este proceso sea lo más llevadero posible para los afectados.
En primer lugar, un médico español debe certificar el fallecimiento y asegurar, mediante la autopsia, que la muerte no tiene una causa sospechosa, como podría ser un homicidio, un asesinato o una enfermedad infecciosa. Si se diese este último caso, los trámites se complican por el peligro que suponen enfermedades como el ébola.
España cuenta con representación diplomática de la gran mayoría de países, por lo que es importante contactar con la embajada de tu país en España para que ellos puedan ayudar a solventar o agilizar dicha situación.
Tras resolver los trámites, siguiente paso a realizar es el de trasladar el cuerpo, aunque debes cumplir ciertos requisitos, como contar con un féretro sellado y con la posibilidad de trasladarlo en la bodega de una aeronave. Si el fallecido ha sido incinerado, la urna se puede trasladar en el equipaje de mano.
El coste de la repatriación puede variar según el lugar de destino, por lo que te recomendamos que cuentes con un seguro de viajes que cubra los decesos a la hora de moverte a otro lugar o residir en un país extranjero. Así, los trámites son más sencillos, ya que la repatriación de un cuerpo suele oscilar entre los 3000 y los 6000 euros, y dicho coste puede verse incrementado si tienes que tomar más de un avión para el traslado, o si el destino se encuentra en otro continente.
Además, ten en cuenta el precio de los gastos jurídicos, funerarios y los trámites entre ambos países, así que conviene que exista una buena relación diplomática entre ambos estados para agilizar el proceso de realización de la repatriación de los restos.
Con respecto al tiempo de espera, es necesario que tengas en cuenta que los trámites mencionados anteriormente dificultan la inmediatez del proceso. Por ello, la espera mínima suele ser de entre 24 y 48 horas debido a los análisis e informes que se deben practicar al cadáver. Este tiempo podría verse aumentado en caso de que encontraran algún tipo de anomalía en el fallecimiento de la víctima.
Tal y como figura en la legislación española actual, en caso de fallecimiento de algún ser querido, familiar o allegado, puedes ponerte en contacto con la embajada o consulado de nuestro país en España. También puedes acudir al contacto de la Subdirección General de Protección y Asistencia Consular del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación en España.
De esta forma, el traslado de los cadáveres lo gestiona la policía mortuoria tras haber llevado a cabo los trámites, bajo el Real Decreto 2263/1974, de 20 de julio. Las autoridades consulares pueden ayudarte a resolver los trámites en caso de que no sepas cómo actuar en determinadas circunstancias. Ahora bien, en caso de que no cuentes con una empresa aseguradora, la embajada no se hace cargo del traslado salvo casos muy excepcionales, como atentados terroristas o crímenes de guerra.
El féretro debe estar en el interior de dos cajas, una de ellas de madera sólida y la otra reforzada en zinc. Cuando se cumplen los requisitos es cuando el Gobierno está autorizado a permitir la repatriación del cadáver. Por ello, y para agilizar el proceso, es importante que llevemos los números y datos de contacto que podamos requerir.
Somos conscientes de la dificultad que supone el fallecimiento de un ser querido, especialmente si dicha defunción se produce en un país extranjero y, por ello, tenemos que llevar a cabo ciertos trámites. Por tanto, nuestra recomendación es que siempre que vayas a viajar a un lugar contrates un seguro médico, o de viajes, que cubra los gastos de repatriación en caso de fallecimiento. Esto también es recomendable en caso de enfermedad, especialmente si el país no cuenta con una cobertura sanitaria notable.
Cuanto mayor sea la cobertura que proporcione la compañía y mejor sea la relación diplomática entre ambos países, más rápido y ágil será el trámite de repatriar un cuerpo, y de menos cosas tendrás que encargarte como afectado.
Perder a un ser querido es algo por lo que nadie quiere pasar; pero, si esto ocurre, es mejor que estés en buenas manos para que puedas dejar los trámites al personal especializado.