Lanzarse a la adopción en el extranjero de un niño es un gran compromiso que comienza desde el mismo momento en el que se toma la decisión. Vas a necesitar paciencia, empeño, determinación y dinero. Es difícil, pero no imposible.
Precisamente para que sea posible aquí te ofrecemos las claves que necesitas dominar para saber a qué te enfrentas y cómo adoptar en el extranjero.
Tampoco estaría de más que echases un vistazo a los servicios competentes en materia de adopción de la comunidad autónoma en la que residas. Cada una tiene sus propios trámites y ayudan en el proceso de distinta forma.
Históricamente, los padres adoptantes desde España han mirado al extranjero para conseguir a sus hijos por dos razones:
Las razones humanitarias también han tenido un importante papel a la hora de escoger el país de origen de los niños, aunque, inexplicablemente, la precariedad y necesidad de los niños no siempre se corresponde con la accesibilidad para ser adoptados.
De hecho, las adopciones internacionales se han reducido de manera considerable en los últimos años. Esto se debe al aumento de controles en el proceso de adopción y a las mejoras económicas conseguidas en los países con altas tasas de niños en adopción.
Una vez te hayas decidido por la adopción en el extranjero, llega un momento clave: ¿De dónde será el pequeño?
Como habrás adivinado, China es el país que más niños ha dado en adopción internacional. La ley del hijo único y la predilección por los varones hizo que las niñas chinas fueran relativamente fáciles de adoptar durante muchos años.
Según estadísticas actuales, la mayoría de niños adoptados en el extranjero procedían de Vietnam, China y la India.
Los países árabes, pese a contar con muchos niños en situaciones extremas, no contemplan la adopción como una figura legal. Existe la posibilidad de cuidar de un niño, pero es más como un tutor que un vínculo familiar. De hecho, se intenta que no salgan de territorio árabe y exigen el compromiso de educar al niño en la religión islámica.
De todos modos, los niños en adopción más apreciados, según estudios recientes de la Universidad de Barcelona, son los rusos, etíopes, chinos, vietnamitas y colombianos.
La tramitación de la adopción internacional desde España comenzará en el mismo momento en el que entregues la solicitud de adopción en la administración pública que te corresponda.
Ten en cuenta que se trata de una doble tramitación, ya que un mismo proceso de adopción debe aprobarse en dos legislaciones diferentes (la del país de origen del niño y la española). Es más que probable que debas asistir a una sesión informativa donde se te comentarán las vicisitudes del proceso de adopción y te concretarán la documentación y certificados que deberás aportar junto con la solicitud de adopción.
Una vez presentada y validada toda la documentación, deberás decidir finalmente el país de origen del menor. Esto va a condicionar todo el proceso de adopción, ya que no se puede cambiar.
Para tomar esta decisión deberás tener en cuenta la cultura del país del que procede, su idioma, los requisitos y restricciones que ponen para entregar a los niños, los rasgos físicos (si quieres que se parezca a ti o no), el tiempo de espera, etc.
Una vez te hayas decidido por el país de origen, deberás conseguir el certificado de idoneidad. Se trata de un estudio psicosocial que determinará si eres una persona apta para tener a un menor a tu cargo. Tiene tres años de validez.
Para comenzar a tramitar el expediente de adopción puedes seguir tres vías:
Hay países que exigen obligatoriamente que una ECAI intervenga en el proceso de tramitación. Estas entidades ofrecen asesoramiento y apoyo y son sin ánimo de lucro.
Ahora es cuando tienes que armarte de paciencia porque ha llegado el tiempo de la propuesta de asignación. Puede durar entre dos y tres años ya que el país de origen se toma su tiempo en asignar a los niños a las familias más adecuadas para ellos.
Finalmente se redacta un informe de preasignación con información del niño y una ansiada fotografía. Y entonces ya puedes empezar a preparar el viaje para ir a conocer a tu hijo. Puede requerirse más de un viaje, según estipule el país de origen.
Lo primero es asegurarte de que el Consulado Español inscriba la adopción en el Registro Civil Consular para que el menor pueda salir del país.
Una vez en España, deberás comunicar a tu Comunidad Autónoma la llegada de tu hijo a casa. La adopción será plenamente efectiva en el momento en el que inscribas a tu hijo o hija en el Registro Civil.
¡Ya te has convertido en padre o madre! Lo que resta es enviar regularmente informes de seguimiento al país de origen donde quede constancia del progreso y adaptación del menor a su nueva vida.
A lo largo de este artículo has ido haciéndote una idea de lo que implica adoptar a un menor extranjero. Hay menos adopciones que hace algunos años y las condiciones que ponen algunos de los países emisores a veces pueden resultar desquiciantes, arbitrarias y hasta retrógradas. Quizá sea este otro motivo por el que merezca la pena ofrecerle una nueva vida a un niño.
Si de verdad quieres meterte en el trámite de una adopción en el extranjero vas a tener que ser paciente, aceptar leyes con las que puede que no estés de acuerdo, tomar decisiones trascendentales, pasar pruebas, desembolsar una importante suma de dinero y comprometerte al 100 % con ese menor por el que tanto has luchado... Y, ¿sabes qué? Merece la pena.